miércoles, 16 de febrero de 2011

Alegría en el gatuperio de Leire



Estos mininos están por la labor de la continuación de su especie con celo evidentemente lúbrico, tanto como el que sus convecinos monjes se aplican la abnegada regla de Benito. En fin, son cosas de la naturaleza, y además es de sobra conocido, que Febrero es el mes de los gatos...del empareamiento, claro.





La hembra se revuelca complacida, ante la condescendiente mirada del campeón que tras dejar su semilla, contempla la obra.

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